Si has recibido una multa de tráfico en tu correo, probablemente seas víctima de una nueva estafa con la Dirección General de Tráfico (DGT) como gancho.
Los delincuentes no descansan, y la Guardia Civil ya ha comunicado que cientos de conductores han recibido esta falsa multa a través de correo electrónico. Una modalidad de estafa conocida como phishing.
¿Por qué es tan peligroso este correo?
Para empezar, nos hacen creer que la notificación es real haciendo uso de los datos de nuestro vehículo. Se nos solicita que para acceder a la infracción debemos pulsar en un enlace o descargar un archivo, y ahí es cuando los maleantes consiguen su objetivo, acceder a las contraseñas y datos bancarios a través de un programa que logran instalar en tu ordenador.
¿Y qué hago si ya he pulsado?
Como siempre aconsejamos, contacta con la persona o empresa informática que lleve tus sistemas para que te puedan asesorar. Pero un procedimiento sencillo a seguir paso a paso, sería el siguiente:
- Desconectar el equipo de Internet.
- Reinicia el equipo.
- Pásale un antivirus.
- Desinstala cualquier programa que se haya instalado últimamente sin tu consentimiento.
- Conecta a internet.
- Cambia todas las contraseñas de tus cuentas, correo, banco, etc.
- Denuncia a las autoridades.
Es importante que no borremos el correo si queremos realizar una denuncia a la Guardia Civil para que tengan una base para realizar la investigación, ya que en un mail se transmite información en la que se almacena los datos de los servidores por los que ha viajado hasta llegar a nuestro buzón.
¿Y si se trata de una multa real?
La Dirección General de Tráfico no utiliza estos medios para realizar comunicados de infracciones. Por lo que recomendamos sospechar de cualquier correo que se reciba notificando infracciones. Si deseas comprobar si tienes alguna multa, siempre puedes dirigirte a https://sede.dgt.gob.es/ donde podrás acceder a tu información y consultar si has recibido alguna sanción y está pendiente de pago.
¿Hay otros ganchos?
Claro que sí, los malos no descansan. Facturas de la luz, de empresas extranjeras, de compañías telefónicas, de hacienda (aprovechando que estamos en campaña de Renta), etc. Hay infinidad de ganchos que los ciberdelincuentes emplean para conseguir sus propósitos.
Nuestro consejo: Desconfía siempre de cualquier correo que no provenga de un origen conocido